sábado, 31 de enero de 2009

Seca

Me encanta ese primer abrazo que nos damos en la estación cada vez que llegas. Hundirme en tu pelo mientras aspiro profundo y siento ese olor tuyo, porque hueles a ti, no podría definirlo de otra forma, como tampoco podría explicar lo que sucede dentro de mi, ahí, en lo más profundo de mi cerebro, no se qué engranaje o qué resorte salta ahí cuando siento tu aroma subiendo de golpe, recorriendo y llenándolo todo, hasta el rincón mas escondido de mi cuerpo y como entonces todo se cierra a mi alrededor, en torno a ti, me bloqueo, casi me mareo. No se, es algo primitivo, instintivo, como esas madres que reconocen a sus crías entre las miles de la manada por su olor, supongo que para mi es algo igual.
Después, todo se precipita, empiezo a bajar hacia tu boca por tu mejilla, despacio, tu piel en mis labios, me gusta sentir como se agolpa la sangre en mis labios, ardiendo, latiendo, quemándome, solo un instante más, ya se ha acabado la espera, ya estas aquí otra vez...

(Mi creatividad ultimamente esta más seca que una bacalailla)

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