martes, 22 de julio de 2008

calma

Cuando la calma no es buscada se convierte en espera, y es pura obligacion.

(Que llegue Septimbre yaaaa!!!)

martes, 15 de julio de 2008

Piedras

Erase una vez una piedrecilla rebelde...


miércoles, 9 de julio de 2008

Historias

Hay historias que cuando se cuentan pierden toda su magia. Están tan dentro de nosotros y nos pertenecen tanto que sacarlas fuera supone exponerlas irremediablemente a la corrosión más implacable de un mundo al que no pertenecen y donde difícilmente tendrían sentido.
A veces lo que se cuenta deja de existir, se va, se escapa como el aire de un globo para confundirse en una inmensidad de almas que manosean de la manera más descuidada lo que hemos guardado con mimo y celo durante tanto tiempo.
Por eso hay cosas que deben quedarse en lo más profundo de nosotros, para que siempre las recordemos con ese halo de apego que solo cada uno podemos entender.

martes, 8 de julio de 2008

Tal vez nuestros cansados corazones necesiten de un sueño para seguir latiendo

jueves, 3 de julio de 2008

Sueños e ilusiones (4)

Aun recuerdo aquella casa de techos altos y paredes forradas de papel; los sillones majestuosos y los retratos antiguos de antepasados que su padre siempre decía, jocosamente, ni siquiera podía reconocer de lo viejos que eran. Estaba claro que alguien que hubiese crecido en semejante escenario tenia que tener, por fuerza, la cabeza llena de sueños e ilusiones.
Y para él, ella, significaba precisamente eso, sueños e ilusiones.

A él le gustaba levantarse por las mañanas y desayunar un Cola Cao caliente, (no importa la época del año), mientras las vocecillas chillonas de los dibujos animados le dejan casi hipnotizado delante del televisor como cuando era un enano. Aun hoy día, cuando llega Septiembre, sigue odiando a muerte los anuncios de la vuelta al cole del Corte Inglés y en su mesita de noche siguen reposando un universo de superhéroes en forma de comics.
Sus ojos siguen mirando la vida sabiendo que la inocencia se pierde por desgracia y no por obligación.

Se encontraron en verano, entre amistades y días interminables sin mucho que hacer. No hubo casualidades, no hubo azares del destino, ni situaciones extraordinarias. Fue simple, a ella le gusto que él siempre sonriese, y él se quedo fascinado desde el principio con aquella chica que parecía sacada de un anuncio de la tele. No les costo acercarse el uno al otro, pues siempre eran ellos los que se quedaban hasta el final, hasta la madrugada, hablando, soñando con arreglar el mundo.
Querían conocer a todos y cada uno de los habitantes de este planeta.

Lejos del mundo, solos, bajo el sol de las primeras horas de la tarde se bañaron en aquel embarcadero, nadando entre pequeñas barcas de pesca, jugando y riendo en el agua, agarrándose y soltándose una y otra vez hasta que tiritando el frío les obligo a salir.
Ella lo abrazo por detrás entonces, y él pudo sentir sus pechos en la espalda mientras todo su cuerpo se estremecía.
Abrazados, en silencio, ambos comprendieron lo que les estaba sucediendo.