sábado, 11 de abril de 2009

Mi sístole, tu diástole...

He vuelto adormirme dibujando con mis manos siluetas en aire. Con una sonrisa en los labios y tus ojos -otra vez- en mi cabeza. Aun si no estas te siento, no dejo de hacerlo nunca, tu olor, tu tacto se quedan conmigo, sintiéndote. Es como si ahora todo funcionase en perfecta sincronía contigo, acompasado, lento, preciso, hasta tal punto llega que estoy seguro que tras mi sístole inmediatamente va tu diástole. Es una forma nueva de ver el mundo, simple y a la vez tan compleja, escapa a la razón y no puedo explicarlo pero es real. Y eso es lo bueno…

1 comentario:

Rapunzel dijo...

Esto me ha encantado.
Siempre me ha gustado cuando se hace referencia en textos de amor a funciones vitales o cosas así.