martes, 17 de marzo de 2009

A veces y solo a veces

A veces y solo a veces al mirarte al espejo y ver lo que allí se refleja te rcuerda que estas en el mundo que conocemos como real. Es el único momento que te ocurre, porque es tan fuerte y tan poderoso lo que hay dentro de tu cabeza que lo normal es acostumbrarte a vivir “ahí” siempre sin siquiera tener conciencia de todo cuanto te rodea y de que estas entre los vivos. No es que hayas aprendido a evadirte porque no te guste el mundo que te rodea, no, simplemente tu has nacido así. Tampoco eso significa que seas un egoísta que no le importa nada ni nadie, porque la gente, los lugares, las situaciones que conoces y todo lo de fuera viven en tu mundo, tú te los llevas allí, a tu manera, con tus normas y con tu forma de ser, algo que sabes te ha traído más de un disgusto o decepción, pues normalmente terminas tendiendo a pensar que todos son como tu y aunque no te sientas un incomprendido ni nadie especial (porque ni siquiera te lo planteas), por regla general, esto es algo difícil de entender. De ahí que incluso algunos hayan podido llegar a llamarte inocente, iluso, soñador y mil cosas más que se les ocurre, pero tu no les escuchas, nunca lo haces, porque sabes que a veces y solo a veces, delante del espejo es cuando todo eso puede hacerte daño.
Así que por todo esto yo me miro a los espejos solo el tiempo justo y necesario, incluso a veces huyo de ellos y no se, la verdad es que me da que pensar porque tampoco me gusta el ajo y eso ya empieza a ser sospechoso.

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