viernes, 18 de abril de 2008

Clínica de rehabilitación

Había llegado allí entre sirenas de ambulancia, en una camilla que recorría pasillos de una aséptica claridad a toda velocidad. Solo recordaba vagamente que había alguna gente a su alrededor con batas blancas y miradas serias, preocupadas, pronunciando palabras ininteligibles para él.
Después de eso, sueño, solo sueño.
Era un corazón enfermo, adicto, su vida dependía de algo tan fuerte que le había atrapado, absorbido por completo, nada comparado con lo que había vivido antes.
Al despertar, todo a su alrededor le era desconocido, no sabia donde estaba ni cuanto había estado dormido. Por qué estaba allí, todo eran preguntas en su cabeza
Los primeros días fueron horribles en ese lugar, estaba contrariado, enfadado consigo mismo y con todo el mundo, solo quería una cosa, volver a su vida, a su pasado, ha aquella rutina en la que se había convertido su existencia, entre el dolor y la pena, por todo lo que había vivido y ya no tenia, su aspecto se había vuelto oscuro, fúnebre y ya nada le podía interesar. No había ilusión en su vida, cómo podía haberla cuando había perdido aquello que le había hecho feliz, aquello que daba sentido a su vida.
No podía fijarse en nada de lo que le rodeaba, con el tiempo había llegado a la conclusión que el único remedio para todos sus males era recuperar como fuese su pasado, la vida con la que había sido feliz. A veces era consciente de cómo era su existencia, eran momentos en los que veía la luz, momentos de una claridad brutal, en los que se daba cuenta que tenia que cambiar, que podía hacerlo, que quería hacerlo, pero eso duraba poco, una y otra vez recaía. Su existencia se había convertido en una espiral de tristeza y hastío, donde su adicción, se había convertido en una pesada losa.
Ni siquiera se había fijado en el lugar donde estaba. Había un mar, una playa y su habitación daba hacia esa playa, la brisa era suave y calida, olía a mar, el cielo era de un azul increíble, y se fundía en el horizonte en una suerte de azulados matices. Se respiraba tranquilidad y paz, pero él no veía nada de aquello. No quería verlo, solo quería que le dejasen volver a su vida, salir de allí.
Sin embargo, le obligaban a dar largo paseos en silencio, por aquel lugar, siempre acompañado por esos tipos con sus batas blancas, que desesperante era para el todo eso, sentía que todo era ridículo, no sabía por qué lo hacían, para qué, eso no servia para nada, para él solo existía una solución a todos sus males. Recuperar lo que había perdido.
Poco a poco y con el paso de los días comenzó a fijarse en lo que le rodeaba, en los pequeños detalles, como el del cosquilleo relajante que le producían los miles de granos de fina arena escapando entre sus dedos o el del sabor a salitre que le traía la brisa del mar. Lentamente, despacio, empezó a respirar el aire puro, y aunque de vez en cuando, aún iban y venían por su cabeza antiguos anhelos que le sumergían en la tristeza, ya era diferente. Ahora se resignaba, porque al fin al cabo no podía hacer otra cosa, además cada vez pasaba mas tiempo contemplando aquel sitio, sintiéndolo, haciéndose cada vez mas fuerte, más vivo, incluso empezó a recobrar un mejor aspecto. Empezó a tener esperanza.
Y llego el día en el que los doctores le dieron el alta. Ya estaba listo para marcharse de allí le dijeron, que de aquí en adelante todo dependería de el. Ellos sabían que a veces sentiría miedo, pero le pidieron que cuando eso pasara se acordara de las cosas que allí había vivido.

Todo corazón ha necesitado alguna vez pasar por una clínica de rehabilitación

3 comentarios:

Ophelia dijo...

conmovedor...absolutamente conmovedor... donde se meten los escritores-poetas-intelectuales de la fauna de ayamonte? porque así da gusto volver a casa... un beso

Ophelia dijo...

si claro, así siempre, en pipia y tabaco de brandy, si no se lo está tomando en una terraza al sol :P, pues puede que me deje caer en el puente de mayo que no tengo clase... unbeso!

Ophelia dijo...

que ricas las cabrillas yo debo visitas a lebrija y tengo que ir a un sitio donde hacian las cavrillas como nunca las he comido, estaban taaan ricas!!! ^ ^
aunque mami ahora me prepara caracoles, un beso :P hahahahah