martes, 6 de mayo de 2008

Sueños e ilusiones

Aun recuerdo aquella casa de techos altos y paredes forradas de papel; los sillones majestuosos y los retratos antiguos de antepasados que su padre siempre decía, jocosamente, ni siquiera podía reconocer de lo viejos que eran. Estaba claro que alguien que hubiese crecido en semejante escenario tenia que tener, por fuerza, la cabeza llena de sueños e ilusiones.

Y para él, ella, significaba precisamente eso, sueños e ilusiones.

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